Para quien haya ido siguiendo mis reseñas, sabrá que empecé en esto del BL tailandés este año. Lo mío siempre fue el anime, así que he ido poco a poco introduciéndome en el mundillo —y habiendo pasado los 700 episodios, creo que lo estoy haciendo bien—, por lo que no es de extrañar que primero llegasen Tongrak y Mahasamut a mi vida.
Y si has visto Love Sea, entenderás que no me haya visto aún el episodio especial y que me lo esté guardando para cuando eche de menos a Mahasamut.
Por eso empezar LITA me daba tanto reparo, porque me daba miedo acabar con otra relación parasocial con estos señores tailandeses que no pudiera gestionar de manera sana. Y ay, qué cariño le tengo a Fort, por favor. Qué bonito es haciendo cualquier papel...
En cuanto a la serie —o series, porque la historia de Payu y Rain y la de Sky con Prapai son claramente dos series pegadas con pegamento en barra—, una primera parte de Payu y Rain interesante, una segunda parte no tanto. Cuando hacen que los personajes sean tan obtusos llega a agotarme. La historia de Sky es para abrirse las venas con una cuchara. Dolorosa, compleja, habría dado perfectamente para una serie completa.
Ojalá hubieran tenido un poquito más de presupuesto para hacer algo más grande. O qué bien si hubieran hecho que realmente las parejas interactuasen entre sí y no solo que fuesen una excusa para conectar personas entre sí.
Pero ay, cómo quiero a Fort.