La segunda parte, a la altura de la primera
Quizás una de las pocas veces en que podemos decir que la segunda es tan buena como la primera. Si bien sigue los lineamientos de la obra de Kaoru, y el final es el que ella había pensado, la impronta de la serie cambia completamente. Porque, si bien podría haber quedado en un "vivieron felices por siempre", se decide mostrar que el felices puede tener muchos intervalos de tristeza, dudas y miedos, lo cual hace que esta temporada sea mucho más realista y (hasta cierto punto) madura. Porque aunque vemos cómo las cosas cambian en la vida adulta de los personajes, también somos testigos de lo mucho que le cuesta a Xiang Qin "crecer". Y eso añade mucho al componente más melodramático, pero también infantil de la historia. Lo único que quizás le criticaría es que varios personajes que resultaban de peso en la primera parte quedan literalmente "pintados" en el fondo en esta segunda. Por otro lado, amé cada segundo que vemos a Zhi Shu ser amoroso, atento e incluso verlo (por primera vez) sufrir de verdad. Sonará morboso, pero creo que es una muestra de lo mucho que avanza el personaje entre una temporada y la otra. De nuevo, la química con Ariel es perfecta.
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