Así se construye un hogar

"The makanai..." será probablemente uno de mis dramas favoritos por un largo tiempo, si no lo es para siempre. La belleza que encuadra en sus 9 episodios se debe a sus detalles más mínimos que lo vuelven un espacio lleno de cariño y calidez. Es un acercamiento a la cultura de una manera profunda, a través del crecimiento y la unión. Puede sonar cliché, incluso empalagoso, pero es la hermandad entre ese grupo de mujeres el elemento fundamental que logra que el drama funcione a la perfección. A pesar de ser de diferentes edades y enfrentar cosas tan distintas, todas tiran para el mismo lado y buscan dar lo mejor de sí, aprendiendo a convivir y estar juntas en el camino. Ninguna de ellas se siente más protagonista que la otra porque entre ellas crece, capítulo a capítulo, el cariño y el deseo por estar la una para la otra; atraviesan la pantalla, el aroma a comida y a hogar se impregna en el ambiente y te absorben las ganas de estar con ellas y sentir ese aprecio genuino por tenerse entre sí.

No hay mucho que destacar porque desde la primera escena es una obra prometedora. Gracias por traer algo tan bonito, genuino y hogareño, hacen falta cosas así de lindas para recordarnos que existe aquello por lo que vivir y mejorar día a día.

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YO TAMBIÉN QUIERO PARTICIPAR DEL PLAN

Empecé el drama sin saber demasiado, aunque creyendo que iba a ser una venganza en el plano legal así que me llevé una emocionante sorpresa al ver una historia cargada de sed de venganza del tipo más telenovelesco. Las actuaciones son impecables y creo que le ganan (por muy poco) a la trama general, logran llevar la historia a un nivel de realismo que pone los pelos de punta. El ritmo lento en otro drama podría ser algo desesperante pero en The Glory es un recurso inquietante que me llena de impotencia y me hace empatizar aún más con la protagonista y su sed de venganza.

Esperando ansiosa la segunda parte que espero que sí logre superar a esta primera entrega.

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Un amor que atravesó los años, las distancias, las catástrofes

Me fue tan fácil ver este drama, se sintió como un abrazo al final del largo camino, era necesario cerrar el año con algo cálido y sin dudas supo ofrecerlo. Los saltos en el tiempo, el ida y vuelta de ese pasado fragmentado y el presente que no termina de mostrarse en su entereza, saben llevar adelante una historia compleja y conmovedora en todos los sentidos. Un romance joven y lleno de diversión fue lo que le dio el toque de frescura para nivelar la carga dramática que la historia de base tenía. Al ver que la historia se desarrollaba en varias temporalidades tuve miedo de que los personajes presentaran cambios extremos, realmente esperaba que algo así sucediera, pero me sorprendió gratamente encontrarme con dos adultos con vidas establecidas y aun así conservando la esencia que un día los hizo enamorarse. Especialmente el personaje de Harumichi, que desde pequeño tuvo que soportar ver a gente que ama padecer cosas horribles, nunca perdió la sonrisa gigante y el carisma que lo hacía ser él. Y la persistencia de Yae es el motor del drama, un personaje femenino que supo ganarse su lugar y acomodar las piezas que estaban sueltas, incluso si ella no era consciente de que así era.

Un guion precioso y justo en los detalles revelados. Es difícil contar una historia con tantos recovecos sin marear al espectador, pero acá la vuelve una aventura amena que te deja con ganas de más. El soundtrack es muy preciso y no hubo momento en el que se vuelva molesto o se sienta que está "demás" porque suenan las canciones que se necesitan para atravesar la historia. Y la fotografía es la parte más bonita. Planos delicados, íntimos y con un cuidado que destaco. A pesar de tener paisajes bellísimos, nunca abusaron de esos como suele suceder en otros dramas y, al contrario, fueron un recurso que contaron una historia paralela, un amor que atravesó los años, las distancias, las catástrofes.

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Aquel mayo que quedó enjaulado

Sería difícil encasillar este drama en un solo género porque todas las capas que lo componen logran formar una historia que encuentra su valor en esa variedad de temas. La historia política y la lucha contra el abuso de poder se desarrolla a niveles que logra interesar al espectador sin llegar a abrumarlo, un balance que se intensifica con el correr de los episodios y que vuelve al drama una historia creíble y emocionante. Bajo esas condiciones se desenvuelve una historia de amor que brilla intensamente a pesar de su brevedad y que sufre las consecuencias de un contexto político donde prima el horror, donde la democracia peligra y que lo único que no pudo detener fue la elección de seguir adelante de los dos amantes.

El guion puede ser flojo en algunos momentos, aunque, desde un punto de vista general, construye una historia que se sostiene y se acompleja gradualmente. Lo que en un principio pareciera una historia repleta de clichés (falsa cita a ciegas, matrimonio arreglado, viaje próximo) pronto sorprende al sumar elementos políticos y familiares que vuelven el drama uno mucho más cautivador. Personalmente, tenía muchas ganas de ver el drama por confiar en otras reseñas, pero esa complejidad gradual podría ser un motivo por el que pudiera haber dejado de verlo al segundo episodio, es un arma de doble filo.

Me hubiera gustado conocer más sobre el gran villano ya que creo que se pierde un poco el motivo de su accionar, especialmente para aquellos que no sepan cómo funcionaban aquellos centros de inteligencia ilegales y tal vez no hayan logrado entender del todo la seriedad del asunto. También la historia de Heetae, como hijo extramatrimonial, podría haber sido explicada mejor desde su pasado porque, aunque el trato que se le da dentro de la casa alcanza para entender que no es querido en la familia, no me fue suficiente para comprender qué tan importante fue para él crecer allí. En general, hay algunos cabos sueltos en lo que respecta a la historia previa a la década del 1980 y eso es lo que me impide ponerle 10 estrellas.

Es una historia bonita, que no considero que sea para todo el mundo pero que, aun con el nivel de dramatismo que carga, es muy disfrutable y sin dudas voy a recordar por mucho tiempo.

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