Para resumir, Onizuka vuelve a su escuela secundaria para trabajar como asistente de una profesora. Allí se enfrenta a una clase completamente nueva con sus propios problemas, así como también a un drama de su pasado.

Bueno, mi opinión de las dos temporadas es drásticamente diferente. La primera me encantó a pesar de todo lo que hay para criticar, pero esta en cambio no solo me pareció muy exagerada y demasiado ridícula, sino que además no logré conectar con ninguno de los nuevos estudiantes (excepto tal vez 2) y, por si fuera poco, me aburrió bastante.

La esencia de Onizuka como personaje sigue ahí y Akira me sigue pareciendo genial para el papel, pero más allá de eso, no me terminó de cerrar por ningún lado lo que hicieron. No sé si los personajes que conocemos acá están adaptados del manga o si son originales de la serie, pero el feeling que tuve durante toda la temporada fue de que estaban tratando de imitar la fórmula de la temporada anterior, pero sin éxito. Es y no es lo mismo, no sé si se entiende lo que quiero decir.

Sacando un par de excepciones, los conflictos que se van planteando no me gustaron. Si el objetivo era que empatizara con los adolescentes, en la mayoría de los casos eso no pasó, de hecho, a casi todos les agarré bronca. Encima lo que más me interesaba de esta temporada era lo del misterio relacionado con el pasado de Onizuka y ni eso me terminó de convencer...

El cambio de protagonista femenina tampoco me agradó (uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, porque la profe anterior para mí no destacaba mucho) y los amigos de Onizuka casi no aparecen (y son personajes que me encantan).

Para finalizar, si hay algo que no puedo dejar de mencionar sí o sí es que se nota muchísimo que el director de esta temporada es otro, porque todo está rarísimo. Hay muchos cortes abruptos y saltos entre escenas que por momentos hacían que me perdiera en lo que estaba pasando.

En fin, haré de cuenta que GTO 2 nunca pasó.

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